La historia del libro y, en particular, la posibilidad de una historia de la lectura, aportan posibilidades novedosas para el examen de cómo se conforma el pensamiento filosófico y el modo en que se transmite. Dicho de manera muy general, gracias a ellas podríamos entender mejor cómo se produciría la filosofía en momentos determinados de la historia, porque ésta sería resultado al menos en parte, del modo como se accedía entonces a los textos filosóficos (la forma en que se transmiten y circulan), así como la manera específica en que pueden ser leídos (por su específica composición como texto en un soporte material concreto) y son leídos a partir de una comunidad lectora.
En dos entradas pasadas mencioné cómo el horóscopo de Platón que realiza Firmico Materno, es leído y presentado por Marsilio Ficino en su Vita Platonis y Thomas Stanley en su Historia de la Filosofía. Luego, ofrecí otra de las formas en que aparecía el horóscopo de nuevo en Ficino. En ellas se puede observar cómo el texto de Firmico es leído por Ficino, que lo reescribe y además lo representa en un esquema, y cómo este último es reproducido y comentado después por Stanley.
En Bibliography and the Sociology of Texts D. F. McKenzie señala que “cada lectura es particular a su momento” y puede ser “al menos parcialmente recobrada de la forma física del texto, y las diferencias en la lectura constituyen una historia informativa” (p. 19)” ¿Cuales son las evidencias de la lectura del horóscopo de cada uno? ¿Es decir, qué en la reescritura del horóscopo son una huella del acto de leer? ¿Cómo esas huellas ayudan a construir un nuevo sentido para el horóscopo? ¿De qué manera esas huellas están en la forma en que se presenta el horóscopo?
En Fírmico Materno el horóscopo de Platón aparece inserto en una larga lista de variantes de conjunciones celestes para las que se define su significad, entre las que aparecen también los horóscopos de otros personajes notables como Demóstenes, Homero, Píndaro, Arquíloco y Marcelo. Todos, hay que subrayarlo, a título de ejemplo de qué significan las conjunciones. La redacción del horóscopo, en ese sentido, es significativa. La mayoría de los horóscopos en el capítulo XXX del libro 6 comienzan por “Si in” para describir la conjunción celeste y dar pie a su significado. Solo al final escribe: “Haec genitura Platonis fuisse suggeritur”. No toma, pues, responsabilidad respecto de la atribución del horóscopo a Platón, sino que recoge lo que se dice o siguiere.
En su Vida de Platón, Ficino recoge el horóscopo y lo reescribe. Lo introduce refiriéndose a que ya antes, en Sobre el amor habría expresado la conjunción bajo la cuál nació Platón, pero que ahora podía atribuir esa referencia a Julio Firmico Materno, astrólogo, cuyas opiniones, señala, considera verdaderas. Luego resumen el horóscopo en términos llanos y lo grafica. El párrafo dice mucho de mucho de la lectura de Ficino que está precedida por un conocimiento de la misma, pero no de su fuente. El conocimiento de ésta no hace sino darle mayor valor a lo que ya se sabía. Después, reconstruye el horóscopo en un orden más al uso de la época, y lo usa, al final, para construir un elogio de Platón, pues Ficino, siguiendo lo dicho por Fírmico, lo caracteriza como un hombre de poderoso ingenio para comprender los misterios divinos. El uso de los horóscopos para caracteriza la personalidad y el destino de alguien, es muy común en el Renacimiento, y Ficino no hace uno uso distinto de este. El horóscopo, que era un ejemplo en Fírmico, se convierte en Ficino en un retrato. La presentación gráfica del horóscopo es una variante interesante. Aparece por primera ves en el manuscrito de las epístolas de Ficino:
Marsilii Ficini epistolarum libb. III. et IV. (Cod. Guelf. 12 Aug. 4°; Heinemann-Nr. 3011)
Aunque quizás la más interesante es esta version de las epístolas de 1497, porque el gráfico está incrustado dentro del texto.
La presencia del gráfico fortalece la idea de un retrato de Platón, más que cualquier otra cosa. Es una imagen que da cuenta del origen, la fuente del que aparecerá Platón.
No es ese, sin embargo, el uso que le da Stanley. El toma tanto la gráfica como el horóscopo de una edición posterior a estas (al parecer corresponde a una edición de las obras completas de Ficino que no he podido encontrar, aunque sigo en su búsqueda), introduce primero el gráfico en el contexto de una discusión sobre la fecha de nacimiento de Platón y después lo glosa. En ella hace algo muy peculiar, no refiere a los signos y a los planetas por sus nombres, sino por sus símbolos en el gráfico. Después, concluye, según el contexto en que está leyendo el horóscopo, que no coincide con otros cálculos hechos que ubican el nacimiento de Platón en febrero o marzo.
Las diferencias en la lectura son notables e interesantes. Cada una constituye un giro al texto precedente y una nueva creación de significado y de valor sobre un texto fuente. Cierto que Stanley no lee directamente a Firmico, sino a través de Ficino, de modo que dota de un nuevo significado no sólo al horóscopo de Firmico sino también al de Ficino. Pero quizás lo más interesante es que modifica el valor atribuido al texto. Si Ficino considera verdadera la opinión de Firmico, Stanley no. De modo que, como afirma McKenzie, vemos como las diferencias de lectura no sólo cambian significados, también “falsifican ciertas lecturas y pueden demostrar nuevas” (p 22).
Enfoque muy acertado, no puedo estar más de acuerdo. Buen artículo. Un saludo