Ernesto Priani

Ese obstáculo que es el libro

Hace cuatro años (creo), al solicitar mi promoción dentro el Sistema Nacional de Investigadores (SIN), recibí por respuesta que me hacia falta una “obra de largo aliento” (la frase, me explicaron, es parte de un formato estándar de respuesta y se refiere a la publicación de un libro, lo que no le quita lo chocante a la expresión). Este año, al ser propuesto para un nuevo nivel del PRIDE (un programa de estímulos dentro de mi universidad) recibí como respuesta de parte del Comité correspondiente, que “no presenta un libro de su autoría, que diera fundamento para considerar excepcional su desempeño académico”.

No es, por supuesto, una coincidencia que dos instancias de evaluación distintas hayan utilizado la misma fórmula. El libro es el producto estrella de las humanidades: la expresión de una esfuerzo de “largo aliento”  y la “constancia del excepcional desempeño académico”

Para los que nos dedicamos a las humanidades digitales, está centralidad del libro es quizás, uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de nuestra disciplina. Sobre todo porque quienes utilizamos metodologías e instrumentos computacionales en el campo de las humanidades, generamos otro tipo de productos, como ediciones y bibliotecas digitales, construidas con aplicaciones y herramientas para el análisis y el estudio de los textos, entre otras cosas, que además están abiertas al público desde un primer momento, pero que, por desgracia, no son un libro. Y esto parece desacreditar el esfuerzo invertido en el desarrollo de un sistema, en la producción de unas publicaciones y unas herramientas, que no corresponden a lo que las instancias de evaluación esperan del trabajo académico.

Aunque soy perfectamente capaz de entender las razones históricas que hacen del libro el producto más acabado de las humanidades, esa misma perspectiva histórica me permite entender que frente a muchos de los productos digitales, que son abiertos, que son de uso libre, disponibles casi de inmediato y que pasan por numerosísimas evaluaciones académicas, de manera pública muchas veces, para obtener financiamiento, los procesos que llevan a la publicación de un libro resultan opacos, no siempre files a la calidad académica y muchas veces, un mero campo de acción de los intereses e influencias que se mueven en el mundo académico.

Cualquiera que haya estado cerca del trabajo editorial sabe que la publicación de un libro, y particularmente, la publicación de un libro académico, difícilmente responde a esa visión idílica de que son publicados porque ha sido valorada su alta calidad académica. No quiero decir con esto que todo libro sea una simulación, pero si que muy a menudo –sin importar si se trata de ediciones universitarias o comerciales- los dictámenes son inducidos, pactados o negociados, porque la decisión de publicar un libro no depende únicamente –ni siquiera de manera preponderante- de su calidad. Influyen muchos factores, dentro de los cuales destaca, por supuesto, la capacidad de gestión del académico, la fortaleza de sus contactos, su empecinamiento, la disposición de recursos para pagar coediciones, el interés comercial de las editoriales, etcétera. De hecho, la relevancia dada a las editoriales comerciales sobre las universitarias (porque son menos caseras), significa también una subordinación de la academia a los intereses comerciales de estas editoriales, como de hecho sucede.

La cultura digital es disruptiva de muchas formas de control y de exclusión académica, a las que con el tiempo sustituirá por otras que, debemos vigilar, sean mejores. Con el tiempo, y con paciencia, pero quizás antes de lo que se espere, la cultura digital hará que el libro eje de ser el único producto de excelencia, la única obra de largo aliento, en este curioso mundo de las humanidades.

 

 

4 Comments to Ese obstáculo que es el libro

  1. Janik Rojas's Gravatar Janik Rojas
    May 13, 2013 at 3:28 am | Permalink

    ¡Ánimo! ¡Mucho ánimo! 🙂

  2. Ignacio Bazán Estrada's Gravatar Ignacio Bazán Estrada
    May 13, 2013 at 7:17 pm | Permalink

    Es triste pensar que aunque tengamos mas 500 Ráfagas de Pensamiento y 8 años en Radio UNAM no sea un trabajo que pueda ser considerado ni de “largo aliento”  ni de “constancia del excepcional desempeño académico”.

  3. Joseph Cartaphilus's Gravatar Joseph Cartaphilus
    May 16, 2013 at 3:29 am | Permalink

    Hola Ernesto, leí en tu blog “Ese obstáculo que es el libro”, y te dejo algunos puntos que sería bueno discutir. Un saludo:

    Si haz citado el dictamen en su totalidad, debo hacer notar que no dicen “publicación impresa”. ¿Por qué no publicaste un libro digital, que hace “disponibles casi de inmediato y que pasan por numerosísimas evaluaciones académicas, de manera pública muchas veces, para obtener financiamiento”? Dices que los que se dedican a las humanidades digitales tienen productos distintos, ok, sin embargo: ¿qué tipo de productos se esperarían de un Profesor de Tiempo Completo a diferencia de un Técnico Académico, que se dedican a eso? Es decir, finalmente el desarrollo de recursos cibernéticos, también entran dentro del campo de un Técnico Académico, cuyo perfil es el de apoyar las actividades académicas: que mejor apoyo que una página web para la Biblioteca Novohispana, o un Repositorio, o bien, un foro de discusión virtual, o el desarrollo de herramientas para el marcado de textos, etc. ¿Por qué dedicarse a las humanidades digitales no queda como un apoyo -valiosísimo- académico para ser considerado una actividad de investigación y no una actividad de divulgación?

    Es decir: ¿qué tipo de actividades hace un profesor de tiempo completo a diferencia de un técnico académico que se enfocan en las Humanidades Digitales y por tanto, que diferencia existen y cuales son sus especificidades para ser considerado un producto de investigación y de profesorado? Finalmente, la productividad que te evalúan implica el perfil del nombramiento y las líneas de investigación que se han ostentado durante el tiempo la carrera académica, ¿no?

    Un investigador del Instituto de Investigaciones Sociales, puede tener como líneas de investigación -se me ocurre-, el impacto generacional del internet en el modo de creación, adquisición y circulación del conocimiento. Tal investigador puede analizar el caso de las Humanidades Digitales, y publicar textos digitales y discutir los resultados de su investigación. ¿Qué haría entonces un filósofo, un profesor de tiempo completo de la Facultad de Filosofía y Letras? ¿Hay implicaciones filosóficas, es decir, ontológicas, epistémicas, epistemológicas, cognitivas, etc, respecto a esta nueva forma de abordar las humanidades? Reformulo la pregunta: ¿qué investigaciones suscitan la línea de investigación sobre Humanidades Digitales?

    No se exactamente que documentos se tienen que entregar para ser evaluado, pero me imagino que uno puede agregar un breve escrito para darle contexto a lo que se presenta. A veces los profesores tienen cierta despreocupación o arrogancia en no explicar lo que hacen: dan por supuesto que se va a comprender y que la documentación hace evidente lo que para los entendidos lo es. Habrá que pensar si eso también falta en este caso, ¿no? Saludos

  4. Luna's Gravatar Luna
    May 17, 2013 at 5:44 pm | Permalink

    Insiste en el valor de “gran alcance y constancia intelectual” que tiene la publicación de Ráfagas de pensamiento. Quienes la conocemos, la valoramos.
    Tal vez los árbitros del SNI ni del PRIDE desconocen su existencia, entonces quizá convenga expilicarles por escrito la relevancia de tu trabajo y ayudarles a desprenderse de su inercia dogmática de evaluación.

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