Mi relación con la Odisea de Homero es antigua, y más estrecha que la que tengo con la Ilíada o cualquier otro libro, con excepción de Moby Dick. De niño, antes incluso de haberla leído alguna vez, jugaba a ella en el patio de la escuela primara.
Con barcos improvisados con la imaginación, enfrentábamos al Cíclope y a las Sirenas, gracias al entusiasmo de un amigo, Martín Coronel, que la conocía y nos la imponía a todos. Recuerdo que llevamos el juego tan lejos, que terminamos por hacer una obra de teatro para la que construimos un –quiero pensar- enorme barco, cuya silueta recortamos en papel manila, que pegamos en una estructura de madera, con la que lo cargábamos los que navegábamos en él.
Después, por supuesto, la leí una de las tantas versiones para niños. Creo haber visto en unos maratones dominicales de cine que pasaba el canal 5, la película en la que Kirk Duglas es Ulises, pero en realidad, siempre ignorante aun de tantas cosas, asumí que la película de Jasón y los argonautas, era una versión de la Odisea mucho más divertida, porque prolongaba las partes que me gustaban.
En la secundaria la leí por obligación en la versión de Porrúa y busqué y revisaré más ediciones. Con el tiempo, la leí a mis hijos, los extractos de Lecturas clásicas para niños (el libro que publicara Vasconcelos) que se reimprimió en 1984.
En los días previos a salir de vacaciones, la UNAM puso en circulación una nueva versión de la Odisea realizada por Pedro C. Tapia Zúñiga. Es una versión rítmica en verso, que fui a comprar en cuanto me enteré. Fue mi lectura decembrina, y aunque no he terminado aun de leerla, al escribir estas líneas estoy por terminar el canto XIX, no quise dejar de hacer esta entrada.
Confieso mi asombro. Esta versión me está dejando la sensación de que, como dice José Molina en su reseña, estoy leyendo por primera vez la Odisea. No es solo es la certeza de que la traducción se aproxima mucho a la forma original de los versos homéricos, sino sobre todo la claridad de un lenguaje que resulta familiar. Uno en que se respetan las formas poéticas –por ejemplo, la repetición de las fórmulas: “el paciente, noble Odiseo”, “la prudente Penélope”- pero sin hacerlas extrañas a nuestra comprensión, lo que genera el efecto de una cercanía que no suele existir en las traducciones que se pretenden eruditas que utilizan todo, menos un lenguaje cotidiano. Un abismo, pues, entre esta versión de la Odisea y la muy imaginativa (y ajena) versión de la Ilíada de Bonifaz Nuño para la misma colección.
Comprendo ahora, con más claridad que antes, la importancia de la traducción. Lo decisivo que es para la formación de la cultura en una lengua. Por eso estoy convencido de que esta traducción será decisiva para dar nueva vida a la Odisea en México y en lengua castellana.
Hola Priani, En donde puedo conseguir esta edicion de La Odisea? Porque en este momento estoy viviendo en Queretaro. (Disculpa la falta de acentos, pero en esta tablet no se como ponerlos, (problemas con la tecnologia) ).
La verdad no lo sé, porque la UNAM distribuye muy mal. Quizás puedas contactar a la coordinación de humanidades.
Estimado Priani: si studias más los trayectos del Héroe y las similitudes en todo el mundo indoeuropeo, entenderás mejor las repeticiones de epítetos y mil y una cosas más. Te recomiendo leer Mito y epopeya de Georges Dumézil, 2 v, en Seis Barral. Saludos y un abrazo. Es el oficio ce traductor de Tapia Zúñiga y sus magníficos conocimientos de la lengua de Homero lo que le hace hacer tan buena su traducción (trabajo segurmanet ed evaris años).
Es una excelente obra, en la cual con la traducción exacta, de Pedro Tapia Zúñiga nos demuestra un dominio del griego antiguo…felicidades Pedro Tapia.
Sobre la Ilíada:
No estoy de acuerdo con tu opinión sobre la Ilíada, traducida por Bonifaz.
Su traducción es exquisita; es difícil por que el griegos homérico lo es. Es un griego que nunca se habló y ya en época antigua, se requería de escolios para su lectura.
Tiene una gran riqueza de vocabulario y de formas lingüísticas (la traducción de bonifaz)y que una vez acostumbrado, la lees con facilidad.
Así que no puedes pedir una traducción fácil de un texto que en su original es todo, menos fácil.