Este semestre propuse a mis alumnos comenzar a utilizar twitter dentro de la clase. Lo hice en dos de las asignaturas que tengo en la licenciatura en filosofía de la UNAM: la de Historia de la filosofía medieval, y otra relativa a Problemas de historia de la filosofía, en la que trabajamos sobre el tema de la producción y edición de textos para investigación. Al cierre del primer mes, la herramienta ha sido muy poco usada por ellos, que en un ochenta por ciento, más o menos, tienen una cuenta de Facebook. Quienes lo han hecho, son aquellos pocos (quizás cuatro o cinco) que ya utilizaban twitter como red social antes de la clase. Cierto que otro puñado de cinco o seis alumnos, han abierto cuenta y han intentado comunicarse por twitter, pero las participaciones son pocas y no han constituido un verdadero intercambio de ideas hasta ahora. Yo he twitteado con cierta regularidad cosas para ambas clases: ligas, preguntas, ideas, y respondido a los comentarios o a los requerimientos que se han puesto ahí, y si mi participación no ha sido mayor, es precisamente por no encontrar más eco.
Esto es un tanto decepcionante. Son grupos más o menos grandes, cincuenta en un caso, treinta en otro, por lo que mi expectativa era la de una participación ligeramente mayor, y esperaba, adicionalmente, un cierto entusiasmo por experimentar en una clase de filosofía con herramientas diferentes.
Tengo varias hipótesis de lo que podría estar sucediendo. Una es, por supuesto, la que tienen que ver directamente con una herramienta en la que es más o menos complejo iniciarse. Otra es la dificultad de los alumnos para disponer de una computadora (de un teléfono) conectada a internet mucho tiempo, lo que puede dificultar la iniciación y el goce del uso de la herramienta. También, quizás, el no tener muy claro clara cuál es la finalidad de su uso (por lo pronto su uso no es obligatorio y no se obtiene nada por usarla para la clase), en general, prevalece en apariencia la idea de que la clase comienza y acaba en sus horas, fuera de las cuales nada ocurre… Finalmente, el propio medio: que tanto el estudiar filosofía limita y obstaculiza el uso de la tecnología. Qué tanto la expectativa es más old fashon.
Twitter y clase: primera lección
Twitter y clase: primera lección
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Buen día!!
Me encuentro en la misma situación, he intentado trabajar con redes sociales en muchas ocasiones con los alumnos, sin embargo hay una brecha tecnológico que impide que el trafico sea el esperado a pesar de tener un grupo grande de alumnos. Mi objetivo es familiarizar a los alumnos con el aprendizaje colaborativo en Internet.